jueves, noviembre 22, 2007

La justicia no hace falta sembrarla con gritos
ni con prisas proclamarla.
Lo ha dicho un juez injusto.
Y un senador ciego.
Y dicen que también lo dijo un día el Papa.
Y el diputado de turno.
Y la señora gorda de la plaza.
Y el periodista en su despacho.
Y aquel que toma café
en una excelente terraza.

En el fondo no les va tan mal...

Mientras la vida corre.
Y el dolor se clava.

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