domingo, marzo 09, 2008

Sabiduría antigua

El sabio no tiene intereses propios, pero hace suyos los intereses de la gente.

Es bondadoso con los que son bondadosos; también es bondadoso con quienes no lo son.

Pues la virtud es bondadosa; también confía en los que no merecen confianza: Pues la virtud es confiada.

En medio del mundo, el sabio es tímido y modesto.

En beneficio del mundo, mantiene su corazón en su estado impreciso.

Todo el mundo esfuerza sus ojos y sus oídos: el sabio sólo sonríe como un niño divertido.

1 comentarios:

Jaime Noguera dijo...

Ya no me escribes. Snifff. ¿Que tal todo? Por aquí parece que bien, o como dicen ellos...chévere.